En la actualidad no es posible vivir sin computadoras,
hacen posibles las tareas más complicadas, desde la comprobación de la
ortografía a la exploración espacial y todo empezó con un ensayo escrito por un
inteligente joven, Alan Turing. Nacido y criado en Gran Bretaña, la media
académica de la vida escolar de Turing era mediocre, sin embargo destacaba en
las ciencias matemáticas, sobre todo en cálculo.
Gracias a una beca En
1934, Turing se graduó en la Licenciatura de Matemáticas en la Universidad de
Cambridge. Unos años después en 1936 cuando presento el más asombroso de
sus inventos en un documento nombrado "números calculables" donde
describía con detalle la posibilidad de crear una máquina capaz de resolver
cualquier problema matemático. Él no lo sabía pero estaba creando la primera
computadora.
Al estallar la
primera guerra mundial el trabajo de Turing adquirió una importancia vital para
las potencias británicas.
Los alemanes estaban invadiendo
toda Europa siguiendo una táctica organizada pero impredecible, la inteligencia
británica se propuso a averiguar los planes alemanes pero no conseguían descifrar
los códigos nazis que interceptaban. Los alemanes contaban con una máquina para
cifrar códigos llamada enigma que ellos consideraban imposible de vencer. Pero Alan Turing fue
reclutado en las oficinas de servicio secreto británico Bletchley Park y
demostrarles que estaban equivocados. Turing ayudo a construir varias
computadoras capaces de descifrar los códigos alemanes y realizar un estricto
seguimiento de los pasos que daban, especialmente los de sus submarinos.
Alan Turing invento
la computadora y su participación tuvo un valor inestimable en la victoria
aliada en la segunda guerra mundial, pero sus logros pasaron relativamente inadvertidos
entre los militares y la opinión pública.
Turing nunca se integró
demasiado en la sociedad, destacaba entre los demás por ser diferente y contaba
con pocos amigos entre sus colegas.
En 1952 fue acusado por homosexual, le dieron dos opciones: Prisión o tratamiento químico. Finalmente escogió las inyecciones de estrógenos, que duraron un año y le produjeron importantes alteraciones físicas, como la aparición de pechos o un apreciable aumento de peso, que lo condujeron a padecer de disfunción eréctil. En 1954 se suicidó.
Pero quizá el
episodio más triste de la vida de Turing fue que no viviera lo suficiente para
hacer testigo del inmenso impacto que los ordenadores tendrían en el mundo
actual.
Apenas quedan ya
oficinas, colegios u organizaciones en cualquier tipo que no utilicen de un
modo u otro la computadora. Estos aparatos resultan cada vez más
indispensables. Las encontramos en hospitales y en nuestras propias casas permitiéndonos
navegar por la red.
Alan Turing creía estar fabricar una máquina que podía dominar los números
pero termino cambiando la sociedad y proporcionándonos la herramienta principal
con la que navegar el mundo moderno.
Fuente: The History Channel
Foto: blogs.elpais.com
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